RUMORES
Isidoro
A. Gómez Montenegro.
México
Cuando
te desnudas…
Iluminas
asombrados ojos
de
adulto mayor.
Cuando
te desnudas…
Tu
aroma penetra en mis uñas
al
tocar tu piel;
sin pudores.
En
el ático
quedaron
pasados recuerdos
de
infancia,
olvidé
tu voz, tu nombre
y
crepúsculos de estío.
Ha
llegado la medianía de la edad
a
nuestros cuerpos;
conserva
humedad tu boca.
De
tus labios gotea la saliva melífera
tus palabras…
rumor
secreto de coral carmesí.
Cuando
te desnudas…
Busco
la grieta sagrada,
desciendo
al valle de alhelíes
prístinos,
púrpuras, blancos;
se
abren a mi llamado.
Cueva,
estela de espumas,
arena
de la orilla,
te
he recorrido con mis uñas.
Tormenta
caudalosa,
vórtice,
discípula de Venus
me
apremia la impaciencia
veo
tu cuerpo transforante,
ardiente
como ceniza.
Derrumbaría
murallas de mar,
cardúmenes
de peces
para
tocarte mano a mano
piel a piel,
de
humedad, de viento.
Bogo sobre tu cuerpo transparente,
vestido
el día de noche.
La aurora nos despierta
nos
une, el tiempo, el lecho.
“DESCENDIENTES DEL FUEGO”
Isidoro
A. Gómez Montenegro.
México
El
poema es esencia
espacio
en si mismo…
autosuficiente.
El
poema refleja el mundo
lo
sugiere o
lo
inventa.
Roídos
por la piel
peldaños de escaleras.
Desciende fuego,
álgido
vaho
de
manos ardientes.
Alumbra
el lienzo
suma
de abismos
de
lentos exilios.
Describen
ecos de encantos.
Luz
solitaria en silencio,
apresurado
miraje
pende
del hilo
de
sus parpados.
¡Encontraran
secretos
deslumbrantes!.
Luz
en casa
florece
en frágiles palabras
“Descendientes
del fuego”
AVES
QUE ENSUEÑAN, QUE CANTAN.
Isidoro
A. Gómez Montenegro.
México
Siento
los rayos del sol y
el
soplo del austro… hieren
mis
ojos.
.Las
primaveras, aves canoras,
cantan
el inicio de la estación.
Las
ramas donde construyeron sus nidos,
descienden
por las hojas del árbol
lágrima
cristalizada, álgida.
Las
primaveras emprenderán el vuelo
como
compañeras,
dejarán
el nido con polluelos.
La
linfa corre por tu cuerpo,
baña tus orillas
al
penetrarte.
Como
río me hundiré,
besaré
la arena de alguna playa lejana
donde
quedó tu vestimenta.
Llegó apresurada la tarde desnuda de dolor
para
recordar tus brazos que eran lumbre…
dulce
abrazo, lenta espera.
Desearía
tocar la diferencia de tus senos
como
nueces de Seychelles.
El
color de tus pezones…
Para
que no pronuncies tu queja,
palabra
de blasfemia
y
convertirme en sonido,
en
eco que se repita interminablemente,
que
no nos hiera el sol esta primavera
sin
marcharnos con el viento.
DÍAS
FINALES
Jair
Stefan Hernández Navarro
México
Gritos,
susurros, lamentos,
alaridos
de aquellos que impíamente
aclaman
la mortalidad.
Destellos,
fragmentos visibles,
mundos
infinitamente gloriosos,
atormentan
a los que yacen bajo el trono de Luzbel.
Ríos
escarlata cubren la planicie terrenal,
luceros
deslumbran con más intensidad,
cuando
la luz ha de faltar.
Un
nirvana lejano exclama,
oídos
prejuiciosos escucharan,
cuando
la esperanza ha de renacer.
Armas
oxidadas, levantadas por puños carcomidos,
charcos
de sangre, van dejando en el camino,
no
hay pérdida ya, cuando la vida se ha extinguido.
Desesperanza
nubla el panorama,
huestes
infernales arremeten con todo su poderío,
no
hay defensa ya, todo está perdido.
Una
luz parte las montañas,
nuestro
salvador ha llegado,
liderando
a cientos de órdenes celestiales.
plumas
negras, plumas blancas, bañadas de escarlata caen al suelo,
la
humanidad no actúa, solo espera,
terremotos,
maremotos, huracanes, crean cada embate de espada,
las
palabras no hacen honor a los que vemos.
No
hay victoria, solo hay caos,
ojos
destellan luz, armas destruidas, puños sanados,
resurge
la esencia, resurge la esperanza.
Ángeles
caídos descienden al averno,
ángeles
blancos se elevan a los edenes,
ángeles
sin alas solo se quedan observando el acontecimiento.
Todo
acaba, y apenas es el comienzo,
la
luz ha ganado, pero aún queda el sufrimiento,
de
la victoria, cenizas quedan,
ahora
solo queda, encontrar el sendero a los cielos.
SANGRE
DIVINA
Jair
Stefan Hernández Navarro
México
Dioses
dormidos, esperan su despertar,
de
sueños profundos, atrapados están,
su
renacimiento es inminente, cuando la decadencia domina,
la
espera ha concluido.
Oscuridad
y luz luchan sin descanso,
batalla
colosal, llega el ocaso,
destrucción
y caos, solo encuentro cansancio.
Sueños
corrompidos por ideas transmundanas,
Ideales
trastornados por males necesarios,
solo
hay un camino, confundido por destino.
De
los ríos escarlata, renacerá lo más antiguo,
despertara
de su más letargo sueño,
para
liberarnos de las penurias y males,
y
convirtiéndose en divinidad.
לוציפר
(LUZBEL)
Jair
Stefan Hernández Navarro
México
Desdichado,
días de ira no me han abandonado,
Oprimido,
por ese soberbio que Dios se ha llamado,
Arrojado,
desde los cielos relampagueantes,
Engañado,
mártir de mis propios ideales.
Utilizado,
para que la luz brille con intensidad,
falsificado,
arquetipos de maldad a consta de mi deidad,
atemorizado,
de esos que hipócritamente lo alabanzan al unísono,
expectante,
al momento oportuno para renacer.
Humillado,
malditos, crearon repudio en mi corazón,
odiado,
por esos que no supieron apreciar la verdadera belleza,
sentenciado,
injustamente por las órdenes celestiales,
ocultado,
en las tinieblas por la “eternidad”.
Idealizando,
un mundo utópico de oscuridad y caos,
recuperando,
la esencia perdida en la última confrontación,
gobernado,
emociones indescriptibles invaden mi cabeza,
impulsado,
por una llamarada de dolor.
Esperanzado,
a que mis huestes infernales no me hayan abandonado,
esperando,
el momento justo para actuar,
estudiando,
debilidades y penas,
planeando,
el derrocamiento del “alfa y Omega”
destino,
no hay más venganza, solo ideal,
victoria,
no hay otro camino, lo quiero todo.
Sin
tregua, sin piedad, no descansare hasta no elevar mi trono por encima del de
Jehová.
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