OLVÍDAME
MUCHACHA
Pío
Domingo Rosales Sena
México
(Primer
poema)
Estoy
con mi guitarra
diciendo
lo que siento.
Muchacha
de ojos tiernos,
mi
verso está inspirado
en
el misterio de tu amor.
En
tus labios rojos
el
beso ya aletea
como
en el nido el ave
que
acaba de nacer.
Y
tu seno ebúrneo
su
forma redondea
diciendo
a quien lo vea
que
se va la niña
y
nace la mujer.
Muchacha
de ojos tiernos
me
encontraste a tiempo
en
tu camino, te dice el corazón,
y
sería un malvado libertino
si
me aprovecho virgen pura
de
la inocencia de tu amor.
Tus
húmedas pupilas
me
dicen ¡Yo te amo!
y
aunque pueda amarte
de
ti me alejaré…
No
quiero con mi boca
cerrar
tus bellos ojos,
destrozarte
la ilusión.
Muchacha
de ojos tiernos,
contemplo
tus cabellos
y
tu rostro en mi pecho
se
posa como ayer,
…
Y una lucha interna
se
realiza en mi ser;
el
río de mi sangre
me
dice: “Me seco
si
no la haces tu mujer”.
No
quiero en mi profano
vaso
verter tu juventud,
y
con el vino de mis labios
Columba
apasionada,
no
quiero mancharte la virtud…
Olvídame
muchacha,
no
llores por favor,
podría
arrepentirme
con
sentimiento insano,
y
entonces, medio loco
entregarte
mi amor.
OLVÍDAME
MUCHACHA
Pío
Domingo Rosales Sena
México
(Segundo
poema, Variación)
Hoy
con mi guitarra
te
digo lo que siento.
Muchacha
de ojos tiernos
mi
verso hoy se inspira
en
tu fulgente amor.
En
tus labios rojos
el
beso ya aletea
cual
ave en el nido
que
acaba de nacer.
Y
tu seno ebúrneo
su
forma ha redondeado
diciendo
que ha cambiado…
Que
aquella bella niña
ya
es toda una mujer.
Muchacha
de ojos tiernos,
a
tiempo me encontraste
pues
voy por tu camino,
me
lo dice la razón.
Sería
un tarantino
si
a una virgen pura
no
le diera mi argentado amor.
Tus
húmedas pupilas
me
dicen: ¡Yo te amo!
También
yo puedo amarte…
¡Por
Dios que te amaré!
Con
un ósculo sublime, abrir
tus
ojos quiero,
tentando
tu pasión.
Muchacha
de ojos tiernos,
mis
dedos en tus cabellos,
y
tu rostro en mi pecho
se
posa como ayer
y
aquella lucha interna
que
alteraba mi ser
y
el entender,
vuelve,
y
el río de mi sangre
dice:
“Te secas
si
no la haces mujer”.
Y
con aquel profano vaso
de
mi recta juventud,
ya
te puedo invitar
muchacha…
Bebe
de mi vino dulce,
de
mis labios rojos;
escanciemos
la virtud.
Quiéreme
muchacha,
no
llores por favor,
que
con un dogal
por
himeneo tejido,
vengo
a redimirme
y
a entregarte mi amor.
ESTO
ES BELLEZA
Pío
Domingo Rosales Sena
México
Príapo
en tu mano
se
aviva como un pájaro.
Entre
tus dedos
crece
duro y se hincha
obligando
a tus dedos
a
abrirse por su rígida fuerza.
Eres
bella, Afrodita,
eres
divinamente bella.
Con
amorosas manos te palpo
te
acaricio y te adoro.
El
matorral ardiente
protege
a Astarte
que
se abre impaciente --.
Príapo
se eleva y palpita
y
es toda una revelación.
Astarte
se transforma
en
enorme boca
entre
tus piernas.
En
una interminable veneración,
posiciones
y placeres
cambian
el temperamento del aire…
Dos
amantes eternos,
reencontradas
sus almas
después
de años,
¡Hacen
el amor!
¡Chupan!
¡Cogen!
¡Maman
sus jugos!
¡Besan
sus almas!
¡Alcanzan
el Olimpo!
Príapo
penetrante instrumento de amor
saborea
todos los poros de tu piel.
Astarte
en mi lengua se dilata
hasta
el grito que reboza: ¡Ahííí!.
Príapo
se mueve
y
luego se zambulle…
Astarte
lo abraza
y
lo baña dentro de si…
Príapo
es un volcán
que
hace erupción
clavado
en Astarte…
Todo
confluye
y
grito: ¡Sí! ¡Síí! ¡Sííí!
¡Esto
es: Eso!
¡Esto
es Belleza!
¡Hasta
las venas destilan el esperma!
¡Dios
mío, es una veneración esta cogida!
¡Como
en los tiempos de los dioses Olímpicos!
MAR
SENSUAL
Pío
Domingo Rosales Sena
México
Besaba
tu espacio
con
besos de luna sombreada.
Me
amabas con toques de libélula
y
tramontabas entre halagos terrenales.
Un
barco fino y ágil
zarpaba
para el rito atávico…
Un
mar azul y cristalino
buscaba
con sus olas al barco.
Su
encuentro marcó solemne
un
ritmo, ¡Danza onírica!.
Moldeaba
con besos y manos
los
declives taumaturgos
de
tus altos pechos suaves…
En
tus playas longilìneas
llego
reconociendo tus arenas
mi
mástil quebrado
por
las ondulaciones del mar.
Sucedió
como un viento huracanado
acoplándose
con ímpetu
en
la oriflama del Egeo.
Donde
las crestas voluptuosas
lumínicas
sinuosidades, húmedas,
dejaron
dos cuerpos esculpidos en sal.
Desmayados
ambos
en
un ósculo sensual
en
el mar de la eternidad.
Aquella
noche
fuimos
imán, acero y fuego,
reclamo,
rumor y crepúsculo,
espasmo,
vértigo, beso y fruto,
raíz
primaria de este mundo.
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